Amélie
8 de febrero de 2008 by laurísima in


Si Amélie prefería vivir en sus sueños y seguir siendo una chica introvertida, estaba en su derecho, ya que malograr su vida es para todo ser humano un derecho inalienable.

Los amantes del círculo polar
5 de febrero de 2008 by laurísima in

Anna & Otto

Es bueno que las vidas tengan varios círculos. Pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez y no del todo. Falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro. Y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo.

Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases. SI. Podría unir mi vida uniendo casualidades. La primera y la más importante fue la peor...

Ya no quedan casualidades buenas. La culpa es mía, que las gasté muy rápido.

Pero nunca había tenido el corazón tan rojo..

Tú conoces algo que dure siempre?

Se puede correr atrás... y si yo no corría quien lo iba a hacer.

... así que me dío un vuelco la vida.

Otto quería morirse, y yo iba con el..

Sentí que algo conocido se había metido dentro de lo desconocido, había llegado al fin de algún sitio. Tuve un pálpito, fue el primero de muchos.

Pensé que si corria por la furgoneta conseguiría que trajera algo para mi, y sino ¿para quien?

Otto dejó a su madre para estar a mi lado, para verme todos los días y las noches

Pero Otto ya no quería estar conmigo.
Su culpa era tan grande que también mi incluia a mí...

Comprendí que por dejar a Ana me había quedado sin destino...

Deseé con todas mis fuerzas que estubiera ahí... dormido, desnudo...

Cuando hace frío la mayoría de las cosas van más deprisa, o llegan antes. Me refiero a las casualidades. Me encanta que haga frío. Una tarde de mucho frío leí una pregunta de amor, demasiada bonita para la letra de un niño.
Aquel mensaje lo tenía que compartir, no sabía que hacer con él.

Estar enamorada no es fácil. No basta con desearlo, hay que oírlo.

Yo tambien quiero estar enamorada..

Estas noches te espero mirando al sol. ¡Venga valiente!, salta por la ventana.