6 de agosto de 2009 by laurísima in

Aprendo a esperar,
respiro
tu lengua es una promesa que sellará mi boca,
tu cuerpo un destino cierto que reconozco con cada
palabra,
en mi boca amanece a diario tu nombre,
en mi casa no existe más que tu ausencia,
ya no peleo con el tiempo,
aprendo a esperar,
respiro.